En la confluencia de los ríos Tajo y Tiétar agrestes sierras de cuarcita y pizarra enmarcan bosques, riberas, roquedos, arroyos y embalses creando un increíble mosaico de ecosistemas mediterráneos. Amantes de la naturaleza de todo el mundo, viajeros y senderistas visitan el Parque Nacional de Monfragüe para disfrutar de uno de los espacios naturales mejor conservados del continente europeo. Pero son las aves las grandes protagonistas, aquí podremos observar especies tan valiosas y singulares como el águila imperial ibérica, el buitre negro o la cigüeña negra.
En el Parque Nacional de Monfragüe habitan más de 280 clases de vertebrados, siendo las aves, con más de 200 especies, la comunidad más importante y numerosa. Destaca el águila imperial ibérica que con sus poco más de 500 parejas a nivel mundial es la gran joya alada de la fauna ibérica. Endémica de la Península, aquí viven 10 parejas.
Entre las grandes aves podremos observar además buitre negro, que tiene en Monfragüe la mayor colonia reproductora del mundo, águila real, águila-azor perdicera, aguililla calzada, culebrera europea, alimoche común, búho real, cigüeña negra y a los omnipresentes buitres leonados. Entre las pequeñas aves encontramos especies tan singulares como el vencejo cafre, el rabilargo, la collalba negra, la curruca mirlona, la chova piquirroja o el chotacabras pardo.
Destacan entre los mamíferos la nutria, el zorro, la gineta, el tejón, el gato montés, el conejo, el jabalí y el ciervo, cuyo celo, la berrea, atrae a numerosos visitantes a primeros de otoño. Además, varias especies de murciélagos habitan este territorio.
Arroyos, charcas y fuentes son lugares ideales para la vida de los anfibios, entre ellos encontramos la ranita meridional, el gallipato, el tritón ibérico, el sapo corredor y el sapo partero ibérico.
Entre los reptiles que habitan aquí están el lagarto ocelado, el galápago leproso, el escaso galápago europeo y varias especies de culebras como la de escalera y la de herradura.
Los invertebrados son el grupo animal más numeroso y desconocido, entre los más vistosos tenemos a la mantis religiosa, al escorpión amarillo o alacrán, al longicornio de las encinas o a la bella mariposa del madroño.
En cuanto a la vegetación y debido a la orientación este-oeste de sus sierras, en el Parque Nacional de Monfragüe encontramos una clara diferenciación entre las especies que crecen en la cara norte, en las laderas de umbría, y aquellas que lo hacen en la cara sur, en las laderas de solana. Entre las plantas de umbría, donde la humedad es más elevada y las temperaturas más suaves, encontramos, formando densas manchas de vegetación, alcornoques, quejigos, cornicabras, madroños y brezo blanco entre otras especies.
Entre las especies de solana, adaptadas a una alta insolación y ambientes con poca humedad, encontramos encinas, acebuches, labiérnagos y piruétanos acompañados por plantas aromáticas de porte arbustivo como el cantueso, la jara, la aulaga y las retamas.
Pero es en las cresterías serranas de cuarcita donde encontramos dos joyas de la vegetación extremeña, el enebro, una de las dos únicas especies de coníferas autóctonas de Extremadura, y el cenizo, un endemismo luso-extremeño.